Páginas

lunes, 31 de diciembre de 2012

GEOGRAFÍA


Tu respiración plácida como la brisa principios de otoño. Mis dedos como velas latinas recorren tu mejilla. Mi mano como los exploradores del renacimiento recorre tu continente. Escalo tus colinas, desciendo a tu valles, enfilo en tus cordilleras.
La selva de tu pelo reposa exhausta en la almohada, un dedo se abre camino desde tu sien. Desciende por la planicie de tu frente y se detiene sobre el arco de tus cejas. Abres los ojos, profundos, oscuros, lejanos. Me ves desde la sima de tu adormilamiento. Bajo por la curva de tu mejilla y llego a tus labios.
Rubén García. Tempestad en el arrecife, 2010

Y toco tu boca, con la punta de mi dedo toco tu boca... si fuera ingenioso como Cortázar diría que es como si apareciera por debajo de mi dedo, pero sólo logro pensar en su redondez, en su forma en la perfecta bahía que forman tus labios. Ese arrecife donde naufrago, donde me pierdo entre tus corrientes y tus mareas.
Bajo por tu pecho y llego a la hondonada donde empieza tu vientre, ese llano que culmina en el omphalós desde aquí pudiera trazar una esfera perfecta que sería nuestro universo perfecto donde aislarnos de la cuenta de los katunes. Sigo desciendo y llego al bosque de tu sexo, profundo lujurioso, pecaminoso, aquí la mitad de tu cuerpo la mitad de mi recorrido aquí el axis mundi que marca todas las distancias.
Mi pies recorren los tuyos suben a tus rodillas y separan tus piernas. Otro abismo se abre y me desplomo entre esas dos cordilleras. Jinete y montura, montura y jinete exploran con ojos, con labios, con dedos, con brazos, los últimos reductos desconocidos de tu universo, mientras el mundo termina y se desintegra.

No hay comentarios: