En la isla de Cubagua en lo que actualmente es Venezuela, se descubrieron a principios del siglo XVI unos ostrales naturales muy importantes. La calidad, el peso y la belleza de las perlas dieron fama a esa zona. Tanto es así que entre los regales que llevó Felipe II, cuando aún era principe, a su esposa la reina María de Inglaterra, había perlas de Cubagua.
En la isla se fundó Nueva Cádiz, que en poco tiempo llegó a ser una ciudad de considerables dimensiones, sobre pasando incluso a Santo Domingo. Sin embargo, no tenía agua suficiente, y en la cercana isla de Margarita tampoco tampoco la había como para sustentar a toda la población.
A pocos kilómetros de distancia, en la península de Araya, los exploradores descubrieron unas salinas naturales inmensas. Si bien no era el oro del Perú ni la plata del Potosí, la sal y las perlas eran tan apreciadas que hubo varias batallas entre españoles y holandeses por el control de las salinas.
La población aumentaba y la escasez de agua dulce se hizo crítica. Tras cruzar un pequeño estrecho, los exploradores encontraron un río al que llamaron Manzanares, del cual podían extraer agua en abundancia para llevarla en toneles a Nueva Cadiz y a las salinas.
Las tierras cercanas a a este río eran muy parecidas a las del sur de España. Por eso a esta zona se la denominó Nueva Andalucía, nombre que conservó hasta el siglo XVIII.
En 1515, los frailes franciscanos fundaron una misión para cristianizar a los indígenas, pero al poco tiempo fue destruida por la tribu Cumanagoto. Mientras tanto, Nueva Cadiz requería cada vez más agua y alimentos, por lo que en 1521 se fundó Nueva Toledo. Esta fue la primera ciudad fundada en tierras continentales. La ciudad fue destruida por los indígenas a mediados del siglo XVI.
Pocos años después de la destrucción de Nueva Toledo, hacia 1560, un maremoto también destruyó Nueva Cádiz y los ostrales se agotaron, por lo que la población se traslado al antiguo emplazamiento de Nueva Toledo y ahí de fundó Nueva Zamora de Cumaná, que es la actual Cumaná.
Hay otra ciudad que también se disputa el título de ser la primera ciudad fundada por los españoles en Tierra Firme. Es Santa Ana de Coro o Coro a secas, que es el nombre con el que se la conoce en la actualidad.
Si la historia de Cumaná tiene que ver con las perlas, la del Coro tiene que ver con un préstamo.
Carlos de Habsburgo, para poder ser elegido emperador de Alemania, pidió un préstamo a unos banqueros alemanes. Tiempo después, los prestamistas le exigieron que pagase su deuda. Pero en ese momento en guerra con Franciay no tenía forma de pagar.
El emperador que era también rey de España, les cedió a sus baqueros un territorio para que lo explotasen y encontrasen el fabuloso reino de El Dorado. Las noticias del descubrimiento de los imperios Azteca e Inca, así como los relatos de la inmensas cantidades de oro que había en el nuevo continente inindaban Europa en ese momento.
Los banqueros, que tenían el apellido Weltzer, organizaron inmediatamente una expedición a esos territorios.
Como era un territorio que todavía no estaba explorado y lo poblaban indígenas muy belicosos, en 1525 decidieron fundar a orillas del mar una ciudad que sirviera de puerto a aquellos que llegaran de Europa y como enlace con los exploradores. A esa ciudad la llamaron Santa Ana de Coro. En lengua indígena coro significa viento, de modo que el nombre de la ciudad significa Santa Ana del viento o de los vientos.
Imágenes: Pablo Torrecilla ©